viernes, 28 de junio de 2013

18:00:00

Giorgio Agamben, El reino y la gloria (159)

[…] Estado-providencia y Estado-destino tienden a identificarse en la figura del Estado de derecho moderno, en el que la ley regula la administración y el aparato administrativo aplica y pone en ejecución la ley. Pero, también en este caso, el elemento decisivo sigue siendo aquel al que desde el principio estaba destinada la máquina en su conjunto: la oikonomia, es decir, el gobierno de los hombres y las cosas. La vocación económico-gubernamental de las democracias contemporáneas no es un incidente de recorrido, sino una parte integrante de la herencia teológica de que son depositarias.

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