Giorgio Agamben, El reino y la gloria (159)
[…] Estado-providencia y Estado-destino tienden a identificarse en la figura del Estado de derecho moderno, en el que la ley regula la administración y el aparato administrativo aplica y pone en ejecución la ley. Pero, también en este caso, el elemento decisivo sigue siendo aquel al que desde el principio estaba destinada la máquina en su conjunto: la oikonomia, es decir, el gobierno de los hombres y las cosas. La vocación económico-gubernamental de las democracias contemporáneas no es un incidente de recorrido, sino una parte integrante de la herencia teológica de que son depositarias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario